domingo, 11 de marzo de 2012

Original y copia: Las dos Giocondas

Como decía GA Becquer en uno de sus más célebres poemas: “silenciosa y cubierta de polvo, de su dueño tal vez olvidada…”, esta parecía ser la condición de un pequeño cuadro conservado en el Prado: la Gioconda de autor anónimo, que nos sonreía desde un lóbrego fondo negro, sin que sus encantos pareciesen suficientes para atraer la mirada curiosa del visitante.

La verdad es que parecía una versión deslucida de la famosa obra de Leonardo da Vinci. Era una pintura oscura y poco atrayente, y no parecía albergar grandes secretos. Una copia de calidad mediana de una famosa obra, realizada en algún momento posterior. Pero he aquí que una reciente restauración ha revelado datos insospechados. El fondo negro no era sino un repinte muy posterior, y la restauración realizada ha revelado que la pintura fue creada al unísono que el original del Louvre, pues muestra los mismo pentimentos y correcciones que esta. Efectivamente, fue uno de los alumnos del maestro quien pintó su propia versión de la Gioconda a la vez que Leonardo creaba la suya. Los nombres de Francesco Melzi o Salai parecen los más probables a la hora de adjudicar autoría a la tabla.

El cuadro del Prado ahora ofrece un aspecto estupendo: los colores son más vivos y el paisaje de fondo recuerda mucho al del original. Es una pintura de gran calidad y belleza, aunque la mano que la creó no era de ningún modo tan sabia ni tan hábil como la de Leonardo. Por supuesto, su redescubrimiento ha atraido la atención de los medios y del público en general, aunque más allá de su valor artístico, la obra se revela como una inestimable fuente de información para conocer aspectos hasta ahora desconocidos sobre la génesis de una obra maestra y nuevos detalles relativos al funcionamiento del taller de Leonardo.

Copy_of_La_Gioconda_-_Leonardo_da_Vinci's_apprentice Prado The_Joconde_by_a_student_of_Leonardo_da_Vinci

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